En la mayoría de los casos un orzuelo no requiere un tratamiento específico.

Un orzuelo normalmente se va solo.

Las reapariciones son frecuentes. Para un orzuelo persistente, el médico puede recomendarte tratamientos como los siguientes: Antibióticos;  gotas antibióticas o un ungüento antibiótico tópico para ponerte en el párpado.

Cirugía para aliviar la presión. Si el orzuelo no desaparece, el médico puede hacer un pequeño corte en el orzuelo para drenar el pus. Esto ayuda a acelerar la cicatrización y alivia el dolor y la hinchazón.

El tratamiento se reduce a aplicar compresas húmedas y calientes en el área afectada durante al menos 10 minutos. Se repetirá la actuación cuatro veces al día. Es importante no tratar de extirpar el orzuelo ni ninguna otra protuberancia del ojo ya que puede generar más complicaciones. Se debe dejar que la infección se reduzca por sí sola y, sobre todo, no emplear lentes de contacto ni aplicar maquillaje en ese ojo hasta que se haya curado.

Por otro lado, el especialista puede recetar ungüentos con antibiótico o realizar una abertura para vaciar el orzuelo. Esta última práctica sólo la podrá realizar el sanitario.

La mayoría de los orzuelos no afectan a la visibilidad del ojo, En los casos más graves, el enrojecimiento e hinchazón pueden llegar a afectar a la mejilla u otras partes de la cara, pero si éste no ha mejorado en 48 horas se deberá proceder a contactar con un médico.

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