Actualmente existen Máquinas de Perfusión que son dispositivos extracorpóreos diseñados para mejorar la evaluación, preservación y recuperación de órganos para trasplante. Su propósito es el mantenimiento de las actividades metabólicas celulares del órgano, mediante la generación de un flujo vascular homogéneo en el interior del órgano, con soluciones especiales de perfusión.

La bomba de perfusión es un dispositivo diseñado para liberar e inyectar cantidades establecidas de una solución, en un periodo de tiempo determinado y/o una velocidad de flujo fija y precisa. De esta forma en el dispositivo, a través de una serie de conductos, se establece un flujo vascular controlado de forma continua o pulsátil.

Los sistemas de bombeo utilizado en las MP suelen ser peristálticos o rotativos.

Las bombas peristálticas se basan en la compresión progresiva de un tubo elástico. Las más conocidas son las bombas de rodillos que se utilizan habitualmente en circulación extracorpórea y hemodiálisis.

Las bombas rotativas basan su funcionamiento en el giro de un rotor, producen menor hemólisis que las bombas de rodillos y algunas de ellas están diseñadas para asistencias de larga duración. Son de tamaño pequeño, su funcionamiento es sencillo y se limita a controlar la velocidad de giro del rotor con un consumo de energía bajo. Existen dos tipos fundamentales: axiales y centrífugas. Las bombas centrífugas son las más utilizadas y proporcionan un flujo continuo. Están constituidas por una cámara de forma más o menos cónica con un tubo de salida tangencial y un tubo de trasplantes de órganos sólidos entrada central.

Otra tipo de bombas utilizadas son las de pistón. Esta es un tipo de bomba hidráulica de desplazamiento positivo, que desplazan líquido, mediante la creación de un desequilibrio de presiones dentro de un entorno cerrado

Los cirujanos por mucho tiempo han estado almacenando los órganos en una solución fría y los han transportado en neveras hasta el centro dónde se realiza el trasplante. Pero esta práctica ha causado daños y en algunos casos quedan inutilizable.

Actualmenteuna nueva tecnología, llamada perfusión caliente, puede mantener órganos como el corazón latiendo y los pulmones activos al tiempo que permite a los cirujanos evaluar y tratar a los órganos para que duren más tiempo.

En cuanto al trasplante de hígadolas máquinas de perfusión normotérmicaexvivo (MPN) surgen como una opción para intentar mantener la viabilidad de estos órganos e incluso mejorar su función. Esta revisión se centra en los resultados actuales obtenidos en el trasplante hepático con órganos provenientes de donantes en asistolia y el papel que puede tener la MPN en este campo.

En el año 2001 un grupo de científicos (Schön) demostró que la utilización de la normotermia durante solo 4 h antes del trasplante de hígado producía una mejoría de la función de síntesis hepática, cuando se comparaba con 4 h de preservación fría. Los resultados fueron confirmados por el grupo de Oxford, que concluyó que la utilización de MPN es superior a la preservación fría en cuanto a la producción de bilis, síntesis proteica, lesión isquémica y aspecto histológico.

En cuanto al tiempo que la MPN puede mantener en estado de funcionamiento los órganos, Butler consiguió mantener su viabilidad durante 72 h. El único parámetro que tuvo una evolución desfavorable en la última parte del estudio fue la disminución de la secreción de bilis, pero este efecto está relacionado con la imposibilidad de rellenar el depósito hepático de sales biliares.

En comparación con la gran cantidad de estudios experimentales, la experiencia clínica con la MPN es todavía muy restringida. La utilización de la MPN en el TH ofrece nuevas e interesantes perspectivas. Sobre todo en el campo de la DA, donde actualmente el factor limitante es la calidad del injerto, la perfusión normotérmica puede aumentar el número de injertos disponibles y a la vez ofrecer órganos de mayor calidad.

Estas y otras innovaciones también son posibles en Pharmamedic.