La ecolalia es un trastorno del habla que no tiene cura, es decir, no va a desaparecer nunca, pero sí se puede trabajar para que se reduzcan el número de repeticiones que realiza el paciente y la intensidad de las mismas.

En la rehabilitación de este tipo de pacientes, el logopeda debe informarse previamente hablando con la familia sobre las preferencias y gustos del niño o el adulto ecolálico, para de esta manera elaborar material específico y personalizado adaptado a cada uno de ellos. Los profesionales que trabajan con este tipo de pacientes deben actuar como uno más de su entorno, y utilizar todos los medios que tienen a su alcance, desde fotos que hayan facilitado sus familiares y amigos, a pictogramas, ordenadores, tablet, ya que a cada paciente le resulta más atractivo un método de trabajo u otro. El objetivo principal es buscar la reducción de las ecolalias y, para conseguirlo, debemos adaptarnos a cada persona y a la patología asociada a su ecolalia, lo que va a exigir una metodología diferente de trabajo en cada caso concreto para poder lograr un lenguaje funcional y efectivo.

Las personas del entorno cercano del niño pueden utilizar coletillas para identificar estados de ánimo, gustos, o preferencias ante diferentes actividades, usando frases o palabras concretas.

Un ejemplo puede ser a la hora de escoger una actividad lúdica entre dibujar o jugar con el ordenador usando la coletilla “yo el robot”. Para terceras personas puede no significar nada, pero a los que conviven y trabajan con ellos a diario, indica que en esta ocasión prefiere jugar con el ordenador. En caso de que hubiese dicho “a mí pinturas” le se le deja pintar.

Conociendo sus gustos y preferencias entre una comida u otra, postres, juegos, actividades, ropa, lugares, podemos establecer este tipo de coletillas para ayudar a entender y dar funcionalidad a su lenguaje. Si le gusta mucho jugar con el ordenador en comparación con pintar, se trata de buenas situaciones para favorecer un lenguaje funcional mediante ensayo-error, utilizando preguntas cuya respuesta se conocen previamente. Esa ventaja ayuda a trabajar la funcionalidad del lenguaje y la intencionalidad.

Como  favorecer la comunicación con el paciente ecolálico, con sencillos ejemplos:

  • Se debe elaborar oraciones claras o hacer preguntas directas: “¿Quieres pan?”, “Hay que estar sentado” son ejemplos de frases que evitan posibles dudas, ya que indican de manera clara la información que queremos hacer llegar, sin que otros elementos puedan dar lugar a que ésta se pierda.
  • Usar un vocabulario sencillo y que le resulte familiar. No se debe usar tecnicismos ni palabras que no sean acordes a su edad en el caso de los niños, o que se conozca que no son habituales en su entorno aunque se trate de un adulto.
  • No utilizar enunciados muy largos o complejos, porque con ello solo se conseguiría dificultar al paciente su comprensión, y que se pierda en esa gran cantidad de palabras.
  • Evitar frases de doble sentido, refranes o frases hechas, ya que este tipo de enunciados no los van a entender, a no ser que se le hayan enseñado previamente.
  • Hablar de forma pausada y relajada. No se debe alterar ni hablar deprisa, porque esto va a dificultar la comprensión del paciente ecolálico.
  • En caso de conversar sobre cosas complejas, indicarlas en pasos sencillos para que el paciente pueda entenderlo. Por ejemplo, para indicarle la siguiente orden: “Recoge el pantalón azul que está guardado en el armario de tu habitación”, debemos hacerlo dividiéndola en tres órdenes más sencillas: “Ve a tu habitación”, “Abre el armario”, y “Coge el pantalón azul”.
  • Darle un margen de tiempo para responder. Se debe esperar a que procesen la información que se les ha dado y a que elaboren una respuesta.
  • Trabajar con el paciente con ecolalia habilidades sociales y roll playing (simulaciones), lo que va a favorecer el aprendizaje de estrategias para interactuar con las demás personas. Simular situaciones cotidianas recreando el ambiente para poder entrar en situación como por ejemplo ir a comprar, la entrada en el colegio, presentarse a un niño en el parque, cómo pedir algo en un bar.
  • Apoyo con imágenes, SAAC (Sistemas Alternativos y Aumentativos de la Comunicación), pictogramas. Utilizar cuadernos personalizados con cada paciente ecolálico, en el que se le faciliten fotos y pictogramas de personas cercanas, familiares, amigos, profesionales, acciones cotidianas, en el cual se puedan apoyar para expresar sus sentimientos e intenciones.
  • Elegir un ambiente tranquilo, sin ruido o distracciones notables para charlar con el paciente. Cualquier ruido y sonido de fondo como una televisión, una radio, o varias personas hablando o realizando actividades alrededor, pueden dar lugar a ecolalias.
  • Los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) son un ejemplo clásico de paciente con ecolalia. Cuando no es capaz de hacerse entender tiende a frustrarse y montar una rabieta.