La afonía es la pérdida total de la voz, esto le puede ocurrir a cualquier persona en una infección aguda que provoque una laringitis aguda: en una activación alérgica, una infección, una intoxicación o en una situación de gran tensión emocional.

La afonía dependiendo de sus desencadenantes y gravedad de la sintomatología, esta puede ser de varios tipos.

De acuerdo a la sintomatología la afonía puede ser: Afonía psicogénica: se conoce en enfermos con problemas psicológicos. Afonía Orgánica: se origina en personas con problemas orgánicos. Afonía Traumática: causada por factores internos debidos a la intubación orotraqueal y la Afonía Audífona: cuando se pierde totalmente la voz como resultado de alteraciones en el aparato auditivo.

Consejos básicos que debemos seguir a diario para cuidar nuestra voz:

  • Evita gritaro forzar en exceso la voz, así como estar hablando demasiado tiempo en sitios con mucho ruido.
  • No fumes, evita las estancias con humo.
  • No carrespees ni tosas bruscamente, ya que pueden dañar su laringe.
  • Si sufres alergias o catarros trátalos lo antes posible.
  • Determinados fármacos pueden alterar su voz, consulta con tu médico.
  • Intenta dormir el tiempo necesario y haz deporte regularmente.
  • Llevar una dieta equilibrada y beber agua con frecuencia son dos hábitos imprescindibles para cuidar tu voz.
  • Si sufres ronquera desde hace más de diez días conviene que acudes a la consulta de tu médico.
  • Si usas la voz de manera profesional debes cuidarla como tal; entrénala y aprende a mantenerla sana, y si observas que tu voz se cansa o cambia con frecuencia, acude a un experto. Los profesores o los cantantes deben tener especial cuidado para evitar la aparición de pólipos.
  • La ronquera en los niños no es habitual. La salud vocal ha de empezar a cuidarse desde la infancia. No dejes que tus hijos griten, y si observas que tiene algún problema en su voz acudir a un especialista.

En una afonía, el tratamiento es reposo vocal absoluto unos tres días, no cuchichear, tomar antiinflamatorios y, si la causa es bacteriana, antibióticos. Pero fundamentalmente el reposo y buena hidratación. Se recomienda acudir al médico en caso de que los problemas de voz no sanen en el plazo de 15 días.