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Edema pulmonar es el acúmulo de líquido en el interior de los pulmones.

Los pulmones se llenan de líquido cuando la sangre que está normalmente dentro de los vasos sanguíneos sale hacia el exterior inundando los alveolos pulmonares. Esto sólo pasa cuando algo funciona mal en los propios pulmones o en el corazón; así, podemos dividir el edema de pulmón en los siguientes tipos:

  • Edema de pulmón cardiogénico
  • Edema de pulmón no cardiogénico
  • Edema pulmonar neurogénico

El síntoma común a todos los tipos de edema pulmonar es la sensación de falta de aire, o disnea, cuya gravedad depende de las causas que han provocado la afección, y que es preciso identificar cuanto antes.

La causa más habitual de un edema pulmonar suele ser una insuficiencia cardiaca congestiva, que a su vez puede estar causada por una subida repentina de la presión arterial, válvulas aórticas, o ataques cardiacos o problemas del miocardio. Sin embargo, el edema pulmonar también puede deberse a otras causas, como la toma de determinados fármacos, insuficiencia renal, daños al pulmón causados por intoxicaciones o infecciones.

Para tratar el edema pulmonar en sí hay que evitar que disminuya la concentración de oxígeno en sangre (tratamiento de soporte), lo que se puede conseguir de la siguiente manera:

  • Se debe administrar oxígeno en mascarilla a todos los enfermos con edema agudo de pulmón.
  • PEEP: es un aparato que transmite una presión positiva hacia los pulmones.
  • Ventilación mecánica: sólo si las medidas anteriores no funcionan.

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