Cuando las personas experimentan la falta de aire los casos suelen ser distintos porque va a depender de la causa.

Los casos de disnea no siempre están relacionados con la salud de una persona. Alguien puede sentir disnea si viaja a una altura elevada o pasa por cambios drásticos de temperatura o también puede ocurrir después de hacer ejercicio rápido.

La disnea aguda es una situación potencialmente grave; por eso es importante visitar un neumonólogo para el diagnóstico precoz y de la valoración de resultados significativos, a fin de aplicar tratamiento si es necesario.

El síntoma principal de la disnea es la dificultad para respirar. Puede durar un minuto o dos después de una actividad de fuerza  o tal vez tenga la sensación de no recibir suficiente aire todo el tiempo.

La disnea generalmente está causada por enfermedades de los pulmones o del corazón.

Las causas más comunes son:

Asma, neumonía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infarto cardíaco, insuficiencia cardíaca, sedentarismo, aumento de peso, y hasta el Embarazo.

También la insuficiencia renal grave, diabetes mellitus, y acidosis metabólica.

Si el cerebro, los músculos u otros órganos corporales no reciben suficiente oxígeno, se puede experimentar una sensación de disnea. La dificultad respiratoria también puede deberse a problemas con los pulmones, las vías respiratorias u otros problemas de salud.

Las personas con asma tienen disnea cuando tienen una crisis. Generalmente, se recomienda a estos pacientes que tengan un inhalador a mano para usar durante la crisis.

La disnea generalmente está producida por enfermedades pulmonares o del corazón.

Debemos tomar en cuenta que los ambientes contaminados por productos químicos, vapores, el humo, etc. pueden hacer que las personas con disnea tengan más dificultad para respirar.

El tratamiento de la disnea va dirigido a la causa, es decir, va a depender de cuál sea su estimulo. En pacientes con niveles bajos de oxígeno en sangre es necesario administrar oxígeno suplementario mediante mascarilla facial. En los casos más complicados, se pueden utilizar sistemas de ventilación mecánica administrada mediante un tubo que se introduce en la tráquea, o bien a través de una mascarilla ajustada sobre la cara.

Para reducir la ansiedad y el malestar causados por la disnea en pacientes con diversos trastornos graves, se puede aplicar morfina por vía intravenosa.

Si no se trata la disnea puede producir infecciones pulmonares, edema agudo de pulmón, insuficiencia cardíaca y Tromboembolismo pulmonar.