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El proceso de desarrollar un feto en un útero artificial, fuera del cuerpo humano, es lo que se conoce como ectogénesis.

El término ectogénesis fue acuñado en 1924 por el científico británico J.B.S. Haldane. Este mismo científico predijo que para el 2074 solo el 30% de los nacimientos iban a ser naturales. Se cree que la ectogénesis llegará aquí en 20 años, y se esparcirá alrededor del mundo en 30 años.

No es un concepto totalmente especulativo; los científicos están trabajando activamente en el desarrollo de esta tecnología, principalmente por razones médicas. Por otro lado, en el proceso que se centra en ayudar a las mujeres incapaces de concebir y gestar bebés.

La ectogénesis en sí misma es bastante complicada, aunque tenga un aspecto sencillo.

Si bien gran parte de la tecnología para empezar a experimentar con el cultivo artificial de un feto humano ya existe, de los ensayos en humanos todavía están a una década de poder realizarse, en gran parte debido a las implicaciones legales y a las éticas turbias de este controvertido concepto. La  llegada de la ectogénesis significaría que las mujeres ya no tendrían que soportar la exclusiva responsabilidad de dar a luz. Pero quizá una razón aún más importante, tiene que ver con la salud de los propios bebés. El nacimiento natural está lleno de peligros, y la ectogénesis podría, poco a poco, ofrecer una alternativa segura. Teóricamente, cada latido del corazón, cada patada, y el momento de la vida de un feto podría ser monitoreado cuidadosamente, desde el cigoto hasta el momento en el que el bebé toma su primera bocanada de aire. Cada nutriente que el feto reciba se mediría, cada movimiento se filmaría, cada latido del corazón se analizaría para ver si está siendo en el tiempo adecuado.

Al igual que con todas las nuevas tecnologías, las costumbres biológicas y sociales tradicionales podrían dar paso a nuevas prácticas que prometen seguridad, eficiencia y practicidad. Sin embargo, así la ectogénesis parezca pan comido, no lo es. Viene a su vez con múltiples preocupaciones filosóficas y políticas. La cuestión filosófica más frecuente que trae la ectogénesis es cómo cambiaría  la forma en la que la sociedad ve a las mujeres. Las políticas del tema son complicadas; después de todo, los derechos reproductivos y la procreación son algunos de los temas más pesados y conflictivos en Washington en estos momentos. Pareciera que la gente con puntos de vista sociales conservadores, o con ciertas preocupaciones religiosas, se unieran con fuerza contra la tecnología, lo cual amenaza con interrumpir el vínculo simbiótico que ambos sexos tienen en la sociedad tradicional.

Mientras tanto, el argumento pro-ectogénesis es que los úteros artificiales podrían hacer la vida más fácil y más segura para las madres y los fetos, sin mencionar que permitiría a las mujeres con úteros dañados o médicamente disfuncionales tener hijos. De igual forma, algunos bioéticos han sugerido que la ectogénesis podría liberar tanto a parejas homosexuales como a hombres solteros de tener que utilizar vientres de alquiler para concebir a sus hijos.

Sin importar lo que pase en el futuro,  la ectogénesis está destinada a convertirse en uno de los temas más candentes del futuro transhumanista.

Estas y otras innovaciones también son posibles en Pharmamedic.

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