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La dentina, marfil, o sustancia ebúrnea, es un tejido intermedio, más blando que el esmalte.

Es el segundo tejido más duro del cuerpo, y conforma el mayor volumen del órgano dentario, en la parte coronaria se encuentra recubierta a manera de casquete por el esmalte, mientras que en la región radicular está tapizada por el cemento. Es amarillento, y su alto grado de elasticidad protege al esmalte suprayacente contra las fracturas. La dentinogénesis es el proceso de formación de dentina por el órgano dental naturalmente.

La dentina es radio-opaca por su relativamente alta impregnación de sales minerales. La dentina es producida por los odontoblastos, que se ubican entre la dentina y la pulpa dentaria, y que conservan su relación con la dentina durante toda la vida del diente, pudiendo ésta autorrepararse.

Actualmente un grupo de científicos de la Universidad de Harvard, ha revelado que el uso de luz láser de baja potencia puede provocar que las células madre del interior del cuerpo regeneren tejidos dentales que estén dañados. La utilización de láseres infrarrojos a poca potencia ya son algo habitual en medicina y en odontología, por lo que querían averiguar si las células madre podrían usarse también para regenerar, no sólo tejidos blancos, sino también, en este caso, el tejido óseo de los dientes, y conducir en el futuro a la regeneración como tratamiento y no a la extracción y al implante por norma.

Así, los expertos apuntaron con un láser infrarrojo al agujero de un diente perforado de una rata de laboratorio, que previamente había sido tratado con células madre adultas, descubriendo que tras esto, doce semanas después, las células madre habían estimulado la producción de dentina y, por tanto, el crecimiento del diente.

Los científicos están inclinados de que este método de regeneración celular no sólo tendría que limitarse a los dientes, sino que el abanico de posibilidades en los que podría emplearse esta técnica abarcaría cualquier tipo de célula y de tejido corporal.

Por otra parte, ha sido publicado en la revista New Scientist, la innovación de un nuevo aparato que promete devolver la estética a las personas que han perdido algún diente. Se trata de un transmisor de ultrasonidos que se coloca en el interior de la boca de una persona y que podría ayudar a que los dientes dañados volviesen a crecer. El aparato funciona con una batería y envía impulsos ultrasónicos de baja potencia durante un largo tiempo a los dientes dañados, para que crezcan.

Estas y otras innovaciones también son posibles en Pharmamedic.

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