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Las dietas bajas en grasas y carbohidratos como la dieta mediterránea, por ejemplo, son buenas para la enfermedad renal leve o moderada, así como para las personas con sobrepeso.

Además bajar de peso, mejora de manera progresiva la función renal.

Las enfermedades renales son las causantes de alrededor de 60 mil muertes al año. La principal causa de insuficiencia renal es la diabetes, responsable de aproximadamente, un 35% de los nuevos casos de insuficiencia renal crónica.

Con todos los planes de alimentación, incluyendo la dieta renal, es necesario realizar un seguimiento de la cantidad de ciertos nutrientes que consumes, como: Calorías, Proteína, Grasa, Carbohidratos.

Escoger comidas saludables es un gran comienzo, pero comer demasiado de cualquier cosa, incluso los alimentos saludables, puede ser un problema.  La otra parte de una dieta saludable es el control de porciones, o cuidar cuanto comes.

Cuando tus riñones no están trabajando tan bien como deberían, desechos y líquidos se acumulen en tu cuerpo.  Después de un tiempo, este deshecho y extra líquido puede causar problemas con el corazón, los huesos y otros problemas de salud.  Un plan de alimentación de dieta renal puede limitar la cantidad de ciertos minerales y líquidos que consumes.  Esto puede prevenir que se acumulen los deshechos y extra líquidos y que causen problemas.
Que tan estricto necesitas ser con tu plan depende de tu etapa de enfermedad renal.  En las etapas tempranas de enfermedad renal, puede que hayan pocos o ningún límite en lo que comes o bebes.  Al pasar el tiempo y tú enfermedad renal empeora, tú medico te puede recomendar que límites: El potasio, el fosforo, líquidos.

Puedes comer comidas bajas en potasio, como por ejemplo: manzanas, uvas, fresas, piñas y arándolas, coliflor, cebollas pimientos, rábanos, calabaza de verano y lechugas, pita, tortillas y panes blancos, carne de res, pollo y arroz blanco.

Comidas bajas en fosforo: Pan italiano, francés o de masa fermentada, maíz o cereales de arroz y crema de trigo, palomitas de maíz sin sal, gaseosas de color claro o limonada.

Pregúntale a tu médico o dietista si deberías limitar los líquidos que tomas. Si necesitas limitar los líquidos, mida la cantidad de líquido y toma de vasos pequeños para ayudar a controlar cuanto has tomado. Limita la cantidad de sal para evitar la sed. A veces te sentirás sediento. Para ayudar a aliviar la sed, puedes hacer lo siguiente: masticar chicle, enjuágate la boca, chupa cubitos de hielo, menta o caramelo duro (caramelos sin azúcar si tienes diabetes).

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